domingo, 4 de diciembre de 2016

Decepcionado

El partido ante el Granada B ha sido la misma historia de siempre: el Recre ha jugado bien unos veinte minutos, en este caso al final del encuentro. Ha tenido varias oportunidades, pero ni Aguilar ni Altamirano pudieron batir la meta rival.

Decepción. No puedo ocultar mi estado de ánimo. Y a todos los niveles. Estoy decepcionado a nivel deportivo, a nivel institucional y a nivel social. Una decepción siempre llega cuando tienes unas expectativas y éstas no se cumplen, cuando la realidad es tan diferente a lo pensado que hay que formatear todas las ideas de futuro, o quizás ordenarlas en un camino más difícil.

Deportivamente estoy decepcionado porque el Recreativo no mete goles. No es cosa de un partido, son muchos, demasiados, en los que fallamos ocasiones clarísimas. Una rutina incomprensible. Un día es Antonio Domínguez fallando tres goles cantados, otro día son Aguilar y Altamirano o incluso en ocasiones el colegiado anula goles que no debería. El Recre no ve puerta y eso va haciendo mella en mí, en los aficionados y en los jugadores. Es algo psicológico difícil de superar. Tan sólo con goles... pero es que pasa el tiempo, se generan ocasiones y no llegan. Tampoco acompaña que el Recre sea tan irregular. Hoy Pavón ha jugado con una alineación que yo firmaría, pero hasta que no quitó a Mesa y entró Dani Molina, el equipo no supo atacar con eficiencia. La contrapartida de ésto es que defensivamente el bagaje es muy bueno: tres partidos sin encajar, y exceptuando la humillante derrota en Ejido, el Recre de Pavón sólo ha encajado un tanto. Pero puntito a puntito no se sale del pozo y sin goles, no hay alegrías. Llego a pensar que alguno ha contratado a una bruja para echarnos un mal de ojo, porque si se ven los fallos en ataque  cuesta creer que sean tan constantes. Es lógico estar cabizbajo, resignarse. Lo único que queda en eso es trabajar, trabajar y trabajar aún más y llamar a la suerte. Estamos en vuestras manos jugadores. Los aficionados poco más podemos hacer.

A nivel institucional también me siento decepcionado. Es algo que esperaba, pero el tiempo cala y hace mella. El Recreativo está muerto. MUERTO. Si fuera otra entidad, estaría en liquidación ya. En un símil con lo que ocurre deportivamente, sé que el actual Consejo está partiéndose los cuernos cada día por sacar esto adelante. Pero si a los delanteros les falla el gol, aquí lo que sobran son agujeros en forma de deuda. Y un enemigo común llamado Tiempo. El Recreativo no se va a vender el día 31 de Enero, y si fuera así sería una alegría, pero creo que no. Habrá que esperar hasta el final de temporada, porque hay unos trámites burocráticos a los que debemos mentalizarnos: libro registral, auditoria forense, Hacienda y Acreedores. Cuatro patas para una mesa. El primero está cerrado desde 2011 y hay que ponerlo al día para que el actual Consejo tenga poder de verdad, de no ser así, al no poderse actualizar, para terceros la persona que sigue al mando es Pablo Comas. La auditoría forense es necesaria para que llegue un comprador y puede dilatarse entre dos y cuatro meses, depende de la cantidad de porquería que vayan encontrando en distintos ámbitos. Hacienda es un problema específicamente político con el que tendrá que lidiar Gabriel Cruz, pues técnicamente el Recreativo no puede cumplir, y los Acreedores son los que pueden reventar ésto y tenemos que tener en cuenta su buena Fe para que sigamos teniendo algo de tiempo. Una situación durísima. La conozco, la entiendo, pero aún así decepciona que no haya buenas noticias. Trabajar, trabajar y trabajar.

Finalmente, a nivel social también me siento decepcionado. Creo que la gente no sabe lo que pasa, no entiende la situación y se limitan a pedir soluciones como si fuera maná llovido del cielo. Falta información del estado en el que estamos, falta una guía de paso a paso que hay que ir sacando a duras penas y falta una total empatía con los valientes que están asumiendo este cadáver que es el Recre. Si alguien tiene la solución, que la diga. Pero os voy a decir una cosa, probadla: buscad un micrófono, o escribir un whatsapp, o en facebook o en twitter, la que es la obvia solución a todo los problemas: "Hay que vender el club". Escribidlo, gritadlo si queréis mil veces. Os aseguro que si alguien compra al Recreativo ahora mismo sólo tiene dos opciones: o viene a liquidarlo o es un auténtico tonto. Y yo no quiero ni uno ni otro. Ya está bien de ser demagogos y pedir la venta, o pedir un jeque, o un multimillonario. Es un comportamiento excesivamente decepcionante y que me duele de una afición que nos solemos llamar "la más sabia, por ser la más vieja". Está claro que cada uno tiene su opinión y que a la gente no se le puede decir nada porque acompañan al equipo cada domingo y eso es maravilloso. Pero por favor, pedir que se venda el club no hace que se venda. Porque el que lo tiene que comprar es alguien que apueste de verdad por ésto, y para eso hay que entregarle certificado la situación real del Recreativo. De ahí esa auditoria forense, de ahí ese letargo, ese libro registral, ese acuerdo con Hacienda.

Estoy decepcionado y es normal. Es un camino muy complicado. Pero si algo tenemos es aún la oportunidad. Dentro de unos días los jugadores podrán volver a intentar meter goles, por suerte aún hay tiempo. El trabajo incansable del Consejo y la gente que está ahora en el club tiene que ir quemando etapas, y las celebré como un ascenso cada una que consigan... aún hay algo de tiempo. Y socialmente, sé que estáis como yo, decepcionados ahora mismo... pero pensad las cosas, no os dejéis llevar. Lo que tengo claro es que, a pesar de las discrepancias, el próximo domingo estaréis ahí para apoyar al Decano... y eso es lo más grande.