miércoles, 28 de diciembre de 2016

Actores principales, de reparto y terciarios

El fin de año del Recre está siendo una mezcla de decepciones y trágicos pensamientos. La solución parece una quimera y el estado de bloqueo es tal que no se puede dar ningún paso adelante. Además, la situación deportiva no ayuda a conservar la poco moral que le queda a la afición decana.

Pero lo peor de este estado en el que se encuentra el entorno albiazul es el de la ausencia de actores. Ahora mismo, al mirar al Recre, no vemos a nadie capacitado para ser la voz cantante. El ayuntamiento es hermético hasta el punto de desquiciar, que no sé si será porque debe serlo o no, pero no está sucediendo nada, y el Consejo de Administración está atado de pies y manos ante un propietario que no está respondiendo.

Se pone de nuevo una fecha, ahora el 10 de enero. Y una vez que han pasado los octubres de 2015, los mayo, los finales de junio, julio y agosto, el 6 de Octubre... pues es normal que el hastío llegue al límite. Que quizás llevan toda la razón y es cuestión de aguantar este poco más, pero es que no lo sabemos. Y de eso va lo peor que ocurre en el Recreativo ahora: la ignorancia.

El aficionado, sean cual sean sus contactos, vive en la ignorancia. Ni hay compradores, ni no los hay, ni sabemos si se hacen cosas o no. Dentro de un entorno en el que los protagonistas principales, los jugadores, no están respondiendo, los secundarios que son los dueños y consejeros tampoco. Pero es que hace sólo unos meses se catalogó a la afición de Actor Estrella y no como invitado, si no para quedarse. Y se ganó el papel a través de mérito y dinero. Si hubo que hacer una manifestación, allí estuvo. Si hubo que apoyar a un equipo llenando el Nuevo Colombino, ahí estuvo. Si hay que aportar dinero, también estuvo ahí. Pues ahora, justo ahora que el club es de toda Huelva, del que apoyó y del que no, es cuando encontramos barreras que más nos distancian. Hemos pasado a ser simples componentes de atrezzo en un espectáculo semanal. A veces aplaudimos, a veces gritamos.

Alguno se conformará con eso. No lo pongo en duda. Yo me conformaría si sé que el club es estable y que el año puede ser malo o bueno deportivamente pero cada Agosto se resetean las ilusiones. Pero ahora que suena todo tan definitivo, siento que el aficionado ha sido usado. Antes era fácil, había un nexo llamado Pablo Comas, que a pesar de tener también sus súbditos creando controversia, era el Enemigo Absoluto.

¿Cómo se puede arreglar ésto? Dejando claro públicamente qué está pasando con el Recre. El comprador tiene que saberlo, pero el abonado, el accionista y el líbero, también. Sé que no es fácil, pero qué menos que una rueda de prensa quincenal en la que se hagan preguntas... no sólo de prensa, si no también de aficionados, que son los que realmente tenemos las dudas. Como he dicho antes, ahora no está Comas para enfatizar nuestra ira. Ahora requerimos información para creer en nuestro club.

Imagino que es difícil, casi imposible. Pero que expliquen los pasos a seguir, que digan por qué no se hacen ciertas cosas. Quizás yo las sé. Quizás alguno que lee también. Pero nada de lo que pensamos o decimos tiene valor si no es público.

Por favor, traten al aficionado como el elemento más importante. Aunque haga falta alguien con dinero, una afición feliz, confiada, es más propicia para eso.

Respecto a otra cosa, unas pequeñas palabras para la Huelga de Trabajadores. Están en su derecho y yo no hubiera aguantado ni un tercio de tiempo que ellos sin cobrar. Pero generalizar con ellos es complicado, habrá algunos con unas razones y otros con otra. Lo respeto totalmente y que vayan hasta donde ellos crean que tienen que ir. Pero del mismo modo, hay que intentar que el Recreativo sobreviva y compita, aunque sea in extremis.

Sólo hay una cosa clara, y no es una inocentada: sin Recreativo, los aficionados lloramos y nos quedamos sin fútbol y un club histórico en España. Pero los empleados además no cobrarán nada, los acreedores tampoco y Hacienda verá como vuela el dinero. Cuando se quiere, se puede. Si todos quieren,  claro. La gente de aquí... y la de más arriba.