miércoles, 2 de noviembre de 2016

Histórica Humillación

Dolorosa derrota 6-1 ante el Ejido 2012. El equipo más "nuevo" de la categoría hace un set a un "abuelo" que se ha inmolado.

No era el escenario previsto. Durante la semana se leía un murmullo extraño, una hipótesis excesivamente positiva: ¿y si encadenamos tres victorias seguidas? El 3-0 al Mancha Real y el cambio de banquillo motivaban esa ilusión, pero hoy, por deméritos propios, y méritos del Ejido 2012 también, por supuesto, se ha esfumado toda esa vorágine positiva y han florecido los más oscuros rencores.

El Decano de Juan Manuel Pavón, en su partido como técnico en sólo seis días, ha cometido los mismos errores que he enumerado aquí con Ceballos. Errores técnicos como seguir aislando a Iván Aguilar en otra dimensión, tener un equipo completamente roto en defensa-ataque, con un trivote que no la toca ni la huele y un banquillo sin defensa central, sin Mesa o Torres y dando descanso -eso es más asumible- a Rafa de Vicente y Miguelito, dos de los más destacados ante el Mancha Real.

Y también está el rendimiento humano. Con un 3-1 en el marcador que daba cierta ilusión en el descanso, Rubén Gálvez comete un error de bulto al no controlarse en el vestuario y dejar al equipo con uno menos. Tampoco Pavón apostó por ir tras el partido, pues quitó a Machado -merecidamente, como diré más adelante- en vez de reducir la defensa o un trivote que hoy -y durante gran parte de la temporada- no ha funcionado correctamente. Pero no sólo está el fallo de Rubén. El Recreativo tiene a jugadores como Núñez, Dani Molina, Iván Aguilar, Machado o Jesús Vázquez, y eso debería de ser una determinación ante cualquier rival, pero no ha sido así. El rendimiento individual ha sido nefasto, con una defensa débil, un Sedeño desbordado, unos centrales que hoy han recibido por todos los sitios un ataque directo y frenético del Ejido y un Iván Robles que ante el desconcierto general se contagió en su juventud. En el mediocampo, Zambrano tuvo su oportunidad, pero fue absolutamente desapercibido, como en mi humilde opinión lo ha sido toda la temporada. Dani Molina no estaba y Jesús no ha llegado a todas y abusó del pase largo sin generar control del juego. En ataque, este año no estamos viendo a Núñez con sus arrancadas y Machado, salvo el gol del Extremadura en el que realizó una genialidad, está fuera del nivel esperado. Aguilar arriba, sólo, no funciona igual de bien que con un compañero.

Los mismos errores. Quizás Pavón ha querido, ante la falta de tiempo, tirar de la continuidad de lo realizado por Ceballos y las pocas decisiones extra que ha tomado han salido mal.  El técnico que el año pasado maravillara con el Recreativo B tiene mucho trabajo por delante, muchísimo, y es el tiempo, sólo el tiempo, el que le salva de una criba aún mayor. Porque siendo sinceros, lleva seis días en el cargo, no se puede sentar en el banquillo y ha tenido que afrontar dos partidos esperando un tercero en cuatro días. No es la mejor situación para cambiar un equipo. Yo, por mi parte, voy a darle margen de mejora a Pavón. Personalmente, confío en él, y creo que una semana de trabajo entre partido y partido le va a venir genial. Pero como siempre, serán los resultados los que manden.

Y es que los problemas son varios, y en día como hoy, graves. El Recre no juega a nada, va por la vía fácil, pero no dispone de un equipo para jugar al pelotazo. Si queremos acceder a ese fútbol simplón, que me parece bien como alternativa, hay que asegurar más atrás y tener dos arriba: Aguilar y Mesa, con Torres y Altamirano como revulsivos. Y quizás hay que poner un doble pivote clásico, volver a decirle a Jesús Vázquez que si se dedica a robar balones es muy bueno, pero que no lo administre. Quizás hay que permitirse el lujo -temporalmente- de prescindir de Dani Molina o Rafa de Vicente para que sea sólo uno de ellos el que lleve las manijas. Puede que Núñez necesite un banquillazo y que salga cuando queden veinte minutos para pegarse un sprint de los suyos y sobre todo, hay que juntar líneas, ayudar a una defensa que es demasiado joven y sufre. No es mi idilio de estilo de fútbol, pero quizás es el que le de a éste equipo confianza.

Porque la confianza es otro de los grandes problemas de la plantilla. No tienen. La moral es baja, y eso se debe a la irregularidad de resultados. Se crean nervios, se busca la opción menos óptima, quieres rendir más pero con menor precisión... la confianza es clave y la dan los resultados. Y también está el estado físico. Puede que ésta sea la tercera pretemporada del Recre. Ya en Agosto trabajó Pavón con un Recre más parecido al B que al actual, luego llegó Ceballos y de nuevo Pavón. Es un déficit que se está notando. No es habitual que todos los jugadores estén a un nivel tan poco eficaz, con la excepción quizás de Rafa de Vicente.

En fin, que queda trabajo, mucho, mucho. Y el fútbol tiene una cosa maravillosa: regala nuevas oportunidades. El domingo habrá otra, y esta derrota no se puede olvidar. Debe ir en el germen, en la ira, en las ganas de sacar ese plus que se necesita ahora, en perfeccionarlo todo, en buscar detalles. Esta derrota, que marcará siempre a Pavón por lo histórica que es, también puede marcar al equipo para que saque el orgullo que todo Recreativista desea ver.

Pero necesitamos resultados. Somos el Recreativo en 2ªb. La exigencia debe ser máxima esté como esté la institución. Somos los grandes de la categoría y tenemos que demostrarlo.

Que llegue ya el domingo, que llegue ya... y empecemos a ver cambios de verdad. Al menos resultados, porque cambios de verdad se darán para el partido ante el Mérida, cuando se haya procesado el nuevo trabajo. Y si no se dan... que nos cojan confesados.

Esta afición, capaz de resucitar un club muerto, necesita feedback deportivo. Y lo requiere ya.