miércoles, 26 de octubre de 2016

Desenlace de una muerte anunciada

Ceballos ha sido destituido, a falta de acuerdo en el finiquito que será para la próxima semana. Los resultados le han dilapidado, la única baza del técnico de Gines tras un inoportuno regreso.

En el fútbol, este deporte tan pasional, las cosas se magnifican. Las críticas, lo exhaustivo del análisis, los puntos de vista dispares... todo está aumentado, cada palabra es más resultona que la siguiente. Pero pasa tanto para mal como para bien. A Ceballos muchos los consideraron héroe en Mayo por conseguir mantener al Recre en 2ªB, pero pocos perdonaron las formas de su regreso. Yo no tengo nada personal contra Alejandro Ceballos, la persona, a la que no tengo el gusto de conocer. Pero dentro del ambiente Recreativista, de su nexo con la afición, con el apartado deportivo, es dónde puedo generar mis opiniones. Supongo que todos somos lo suficientemente maduros para saber que no hay un rencor incondicional, si no, que al menos en mi caso, intento argumentar cada una de las ideas que pongo. Sé que Ceballos me respetará, pues el respeta hasta al que insulta, cosa que aquí no es de recibo ni que suelo hacer en el día a día. Pero yo sí creo que el ha faltado -deportiva e institucionalmente- el respeto al Recreativo.

Empecemos por el final. Cuando era un héroe. Ceballos fue uno más del montón de gente heróica que englobaba al Recreativo: jugadores, cuerpo técnico, aficionados y algunos empleados. Es decir, simplificar la idea de que Ceballos fuera un héroe es un error, porque si tú estuviste en ese final, si apoyaste, si diste dinero, si eres un jugador y sudaste cada minuto en el césped o en el entrenamiento... tú también mereces ser llamado héroe. Pero se personificó en él, se le despidió con una comida desde algún colectivo y se le encumbró por encima de la media. No me parece mal, ojo. Ocurre siempre, la "personificación del bien", y si el sujeto sabe llevarla me parece estupendo. Pero mirando en el prisma del tiempo le tocó a él por ser el entrenador, el que daba ánimos en las ruedas de prensa, el que siempre creyó. Eso es algo que es indiscutible en él. Tiene Fe en sí mismo y en conseguir lo que quiere, y eso es muy loable.

Pero si analizamos, ¿por qué el Ayuntamiento decide prescindir de Ceballos? Por rumores había un hombre en la sombra, Rafael Berges. El caso es que se decide dejar de contar con el técnico para poner a otro. Y ahí vamos al entorno deportivo: a mí nunca me convenció, pero no eran tiempos de críticas. El aficionado es inteligente y sabe la situación del club, y si no queda cegado por la heroicidad impuesta y va analizando deportivamente partido a partido, sabrá que Ceballos tenía pocas alternativas. A veces por plantilla, a veces por cabezonería. Es un debate amplio y en el último artículo que escribí hablo de su gestión deportiva actual, viajar al pasado ahora es complicado por todos aunque sólo es cuestión de ver en vídeo algún partido. La cuestión es que nos salvamos, pero fue más una gesta absoluta que algo holgado. Entiendo perfectamente el cambio en el banquillo en verano.

Y entonces, mientras Pavón finalmente coge los mandos del club, a sólo un día de disputar un partido, Pablo Comas renueva a Ceballos. Aquí es dónde a nivel institucional, Alejandro ha cometido tres errores muy graves.

El primer error fue firmar con Pablo Comas. Recuerdo como ayer esa tarde de debate en las redes sociales. Y si recuperáis mensajes, yo apoyaba a Ceballos porque por la información que teníamos sólo me quedaba claro el chantaje de Comas: o firmas o el Recre no compite. Ese día, sólo por el daño implícito que le hizo a Pavón aceptando, por las palabras que se decían desde el Ayuntamiento, el propio Toledano e incluso jugadores, ya la cosa comenzaba torcida. Entiendo la buena Fe posterior, la de remar juntos asumiendo lo que hay. Pero a posteriori, este fue el gran error de Ceballos. ¿Por qué lo hizo? Tengo mi teoría: Ceballos a tocado techo como entrenador en el Recreativo de Huelva. Es el máximo a lo que puede aspirar en este momento. Prefirió aferrarse al puesto, al heroísmo de Mayo, mirando por su bien por encima de todo, aunque tuviera que firmar con el diablo -literalmente- y asumiendo críticas desde el minuto 0. Él no se arrepiente, sabe lo que hizo, y lo que hizo está mal. El fútbol es más complicado que un deporte de egos, hay que saberse posicionar. Y él no lo consiguió. Por eso, se agarró como pudo al Recre y no lo ha querido soltar en ningún momento. Es su cima, su gran paso, y nada importaba más.

Su segundo error fue no dar explicaciones. Ceballos es una persona que como he indicado arriba tiene mucha Fe en sí mismo, cree ciegamente en lo que hace, y a veces, desde mi punto de vista, aunque respeta todas las opiniones creo que realmente las ignora. La afición hubiera estado mejor si en la rueda de prensa tras perder en Marbella hubiera dicho que estaba obligado a venir. Pero no lo estaba, y no mintió. Aceptó por él. El asunto va a más cuando las cosas no empiezan a salir bien y se le piden explicaciones. Fue un momento épico cuando tras varias críticas eliminó su perfil de twitter. Es fácil tener Fe, creer en tí, cuando no discutes con nadie, cuando no te enfrentas de forma directa a lo que haces. Si alguna vez dio explicaciones sonaron más a excusas. Excusas que este año carecen de valor porque sabe a dónde venía y en qué condiciones. Tengo la sensación de que nos miró por encima del hombro a todos.

El tercer error tiene una gravedad institucional muy alta. Con el cambio de directiva en aquel maravilloso 6 de Octubre, Ceballos debió -y sí, del verbo deber, por obligación- salvar su honor deportivo poniendo el cargo a disposición de la nueva directiva. Posiblemente se le hubiera dado tiempo, pero ya habría dado un paso de gigante. No lo hizo, en absoluto. Está en su tope, su punto de inflexión y no quiere dejar ésto ni el contrato ofrecido por Comas. Un error grave a nivel de conciliación.

Finalmente, Ceballos se autodestruyó. Porque todo lo que he dicho antes pesa, y mucho, en la imagen que tienes con tus aficionados -por extrapolación con la amplia mayoría, aunque siempre hay opiniones distintas y se respeta- pero lo realmente tangible son los resultados. Eso da para un análisis muy grande. De hecho, el destino a veces es tan cabrón -perdón por la palabra- que le regalaron un partido de  vida tras perder humillado con el Linares, y fue un partido en el que el equipo hace mucho para ganar pero la pelota no entra y finalmente pierde. Quizás fue el día que menos culpa tiene, aunque para mí no, a nivel táctico y de gestión de jugadores comete errores graves tanto en ese encuentro como en otros. De hecho, el pico que le dio cierta tranquilidad, y sólo fue una semana, es el 3-0 ante el Murcia. Pero, ¿que táctica hay en que Dani Molina meta un gol desde 40 metros? Es pura genialidad del jugador, no a nivel táctico. Es un comentario simple, basado en la reducción de un partido con resultado abultado a nuestro favor gracias a dos golazos y uno de Mesa que corrió hasta el área con tres defensas granotas que no le entraban nunca, pero que realmente no se jugó tan bien.

Ceballos aún no es historia del Recre. Cuando firme su finiquito lo será y espero que sea sin inconvenientes. Con el paso del tiempo no sé como le recordaremos, ¿el entrenador que nos salvó en nuestro año más duro? ¿Un egoísta que se aferró al puesto y no demostró nada tácticamente? Quizás ambas cosas. Pero el tiempo, tiempo es, y todo lo cambia con su paso. Es muy difícil que haya un reencuentro Recreativo - Ceballos, pero deportivamente le deseo lo mejor, que aprenda de esta durísima experiencia en todos los sentidos, como hemos aprendido nosotros, y que tenga suerte. Siempre hay oportunidades de corregir nuestros errores.

Adiós a la Era Ceballos.

El Recre sigue. ¡Vamos!