martes, 8 de noviembre de 2016

15 años y un día...

Nació de una relación peculiar, fecundado por un Club de Fútbol que le da todo su orgullo y en el útero de unos terrenos de un lugar idílico, la Huelva del progreso, la del Ensanche. Su llegada fue como un Mesías: suponía la salvación y cambios: no sólo de lugar, que es lo que significa para los más simples, si no a Sociedad Anónima Deportiva de su progenitor. Como Padrino, la política.

El Nuevo Colombino ha cumplido 15 años y tiene muchas historias que contar. Su bautismo se hizo a través de urnas, el nombre elegido o la alternativa de Estadio del Decano. Alguno le quiso poner un nombre propio que por suerte ahora no tiene. Pero antes del bautismo, el nacimiento: el Newcastle vino y le ofreció en bandeja a un onubense romper ese cordón umbilical, el del gol. Fue Juanma Pavón el que perforó la portería del cuadro inglés y marcaría su nombre en la historia, por partida doble, siendo el tercer tanto de otro jugador de la cantera como era Canterla.

¡Qué frío! ¡Qué emoción! Era divertido perderte por sus gradas. Ir por aquella primera coca-cola y no saber volver bien al sitio, verlo abarrotado... los regalos llegaron con invitados muy especiales: la selección Española pisaba Huelva y le ganaba 1-0 a México. La roja no dejó a Huelva de lado en estos años y apareció esporádicamente para ganar a Bielorrusia y a Perú. Y antes de pasar a sus grandes historias, hablemos de grandes invitados: El Trofeo Colombino tuvo tardes gloriosas en el estadio con su nombre, aunque cada año envejecía peor. Y sirvió de feudo para el Betis, que vencería al FC Barcelona al tener su campo cerrado. Queda en la memoria también aquella competición de verano disputada en varias ciudades. El Olympique de Lyon se enfrentó a Besiktas y Oporto.

Y es que el Nuevo Colombino es un estadio de cine, tanto, que se grabó  durante un descanso del Recre - Valencia varias escenas de la película "salir pitando". Sí... Recre - Valencia. El Nuevo Colombino tiene sólo quince años, que han pasado volando, pero ha sido capaz de vivir todo lo posible en un club humilde de fútbol: un ascenso inesperado con Lucas Alcaraz a los meses de inaugurarse, semifinales de Copa del Rey, otro ascenso con Marcelino en un año mágico, la mejor temporada histórica del club en Primera División, acumulando cuatro en total en este estadio... y por desgracia tres descensos. Dos de ellos de Primera a Segunda y el último, de Segunda a Segunda B.

Con la fuerza de su juventud el Nuevo Colombino llegó y arrasó. Algunos ofrecieron mimos que no se podían pagar y el tiempo sacó la dura realidad. El Nuevo Colombino ha conocido a Mendoza, De la Corte y Pablo Comas. Éste último lo maniató, chantajeó al ayuntamiento usándolo a él, a su hermana la Ciudad Deportiva y al hijo no concebido que era la Nueva Ciudad Deportiva.

El césped del Nuevo Colombino, que era brillante, luce deficiente, intentando recuperarse. El marcador, signo de identidad de los nuevos tiempos en Huelva, lleva más de un lustro, mucho más, con errores en la pantalla. ¿Quién diría que hace unos años había muñecos de aire en las esquinas? El Abuelo se movía de un lado a otro y grandes personalidades onubenses han pisado su césped por una ovación, la última la gran campeona olímpica Carolina Marín.

El paso del tiempo, de lo mejor, a lo peor. Hay muchas cosas que olvido, detalles que hacen especial nuestra casa: la estatua en la puerta del aparcamiento, lo efímero de la compañía de Puerto Sur, cuando se le vestía con mosaicos y el fútbol de élite, el que se graba en la memoria.

Pero son sólo circunstancias. Cada vez que el Recreativo juega en casa, todos vamos a nuestro Templo y ése es el Nuevo Colombino. Cuando llego saludo a la gente que tantos años lleva sufriendo y disfrutando a mi lado, bajo mi asiento, se limpia un poco con un clínex, echo una mirada para ver si hay mucha gente, me siento y miro el césped. Lo que va a pasar en los próximos minutos es la ilusión de la semana, las ganas que siempre aparecen. Mi Casa. Nuestra Casa, la de los camaradas Recreativistas.

Por eso he querido llamar a este artículo "15 años y un día...", porque la cifra de quince años ya la conocemos, pero ese "día..." no es por el mañana directo, ni por un futuro próximo. Es por el futuro, por lo que nos hará vivir este coqueto estadio. Por esa mirada al futuro. Por seguir llegando, sentándome en mi sitio, saludando a la gente y renovando mis ilusiones. Por todo lo que queda, por todo lo que nos debe el fútbol. Por el Recreativo. Por los Recreativistas. Por Huelva. Por la Historia.

Estoy orgulloso del Nuevo Colombino. Estoy orgulloso de mi casa.