miércoles, 7 de septiembre de 2016

El Gran Capitán

Jesús Vázquez empata con Aitor Tornavaca como el jugador con más partidos en el Recreativo de Huelva. Son 277 apariciones y parece demasiado claro de que va a superar todos los récords este mismo fin de semana y con una cifra que va a seguir subiendo.

Hay jugadores que pueden jugar muchos minutos, que pueden tener un brazalete por antigüedad ocasional, pero eso no los convierte en capitanes. Ser capitán es una actitud, un mérito, una forma de vivir a tu equipo entregándote a él. En el Recre hay muchos jugadores con partidos, con buenos números, pero pocos son tan Capitanes como lo es Jesús Vázquez.

Nació un 18 de Enero de 1980 en Santa Olalla del Cala y quizás por las distancias o por la idiosincrasia tan peculiar del Decano en aquellos tiempos, Jesús se dio a conocer futbolísticamente en el Extremadura. Su buen rendimiento le hizo llegar al Tenerife en la temporada 2002 y allí estaría cuatro años siendo un fijo en el once. Creo que la primera vez que oí hablar de él era porque aquel "Tete" tenía jugadores con nombres peculiares: Cristo, Hormiga, Ratón, el portero Iglesias -como el cantante- o los presentadores Antonio Hidalgo y Jesús Vázquez. Pero cualquiera que supiera un poco más de fútbol que esas anécdotas nominativas, tenía claro que el equilibrio del equipo lo otorgaba el onubense.

Fue durante el año de Marcelino en Segunda cuando el acuerdo con Jesús Vázquez se produjo. No sé si la fecha es exacta, pero los rumores sonaban desde Enero, cuando acababa contrato. Recuerdo perfectamente que entré en un foro del Tenerife a ver qué tal era éste jugador. Las incógnitas desaparecieron rápido durante el mejor año del equipo en Primera. Acompañando al Mago Viqueira en la medular, Jesús Vázquez se hizo el motor del equipo, un auténtico tigre defensivo, un especialista en tirar penalties y el dueño y señor del dorsal número 10.

Deportivamente, Jesús se llevó cinco temporadas consecutivas en el Decano. Su rendimiento, como el de todos, dependía mucho del año en concreto. Quizás algunos entrenadores se cegaban con el dorsal 10 de su espalda y le exigían una serie de cosas que no eran sus mejores virtudes. Lo cierto es que estuvo en el mejor Recre recordado y la llegada de una oferta del Deportivo de la Coruña, su última gran oferta, fue aceptada por él y por toda la afición. Era lógico que marchara.



Dos años en tierras gallegas, consiguiendo un ascenso a Primera, y retornó al Recreativo. Ahí fue cuando Jesús empezó a crecer como capitán hasta límites heroicos. En lo deportivo, siempre cumplió con su labor ofreciendo equilibrio defensivo al equipo, en lo institucional, su gran ascenso fue lidiar con gestores amigos de la destrucción, y su gran temporada fue este verano.

No sé cómo no se ha escrito tanto de él. Acompañado de Zamora, lideró como parte del Club la salvación del Recreativo. Estuvo en todas: se movió más que nunca, habló, hizo y se ganó mi corazón para siempre más allá de lo deportivo. Pasó de ser un capitán a ser un Capitán, como otros cientos que hemos puesto dinero, pero él con la suerte inmensa y la envidia de todos de poder dar ese plus recreativista al que no llegamos los que no tenemos el talento para jugar profesionalmente.

Es un Del Piero, un Totti, un Raúl. Jugadores que han sido institución, como lo es Jesús Vázquez. Si algún día me preguntan niños cuál es el modelo de jugador, le diré que hay muchas formas y posiciones de jugar al fútbol, pero si eres del Recre tienes que tener la actitud y ganas de Jesús Vázquez. Es el sueño hecho realidad de los que anhelamos en silencio con cambiar el Recre, quizás por lo completo de su experiencia, y debería ser la meta de los más jóvenes por superar su Leyenda, porque eso sería el mayor beneficio del club.

Gracias por todo, Jesús. Más allá de un gol, de un robo de balón, de una gota de sudor en el campo. Gracias por echarte a la institución a la espalda y tirar de ella. Qué suerte tenemos de que hayas nacido siendo del Recre, aunque tardaras en llegar. Qué ejemplo. Qué parte de la historia de éste club.

Gracias Jesús. Y aún queda lo mejor, estoy seguro. Tu leyenda no ha acabado.