martes, 26 de abril de 2016

Desconfianza ciega

Es de elogiar el rendimiento deportivo del primer equipo y el filial, pero la gran guerra aún no ha terminado, ni tiene visos de hacerlo en breve. Es la batalla de la supervivencia y el tiempo se va agotando.

En éste punto se produce una encrucijada de intenciones para el aficionado y el dilema de Ciencia contra Fe se entremezcla demasiado como para saber definirlo correctamente. Los caminos a elegir son dos, básicamente, y ya los conocemos desde hace mucho tiempo: o creemos en un inversor o creemos en una asociación de todos los aficionados para sacar ésto.

A mí hay cosas que me sorprenden. Siempre se le presupone dinero y potencial a un inversor desconocido, secreto, que hace un acuerdo privado de venta, en el que las matemáticas no acaban de salir, pero es el clavo ardiendo. En cambio, a un grupo de personas que están dejándose la piel, que han movido cielo y tierra por dilucidar la situación y darle un vuelco a ésto, se le pone el dedo inquisidor de que no tienen dinero.

A día de hoy tenemos dos opciones con nombres: Infotelwi y el Trust. Los primeros son la empresa que está haciendo más hincapié en hacerse con el paquete accionaral de Gildoy, pero salvo ese nombre, poco más sabemos. Los segundos llevan ya más de un año de lucha, son los que han dado el paso adelante en saber números, en acudir a juntas de accionistas, en hacer uso del derecho a través de una querella. Todos tienen nombres y apellidos y están entre nosotros.

Infotelwi, la que se le presupone dinero, está aburriendo con la negociación con Gildoy. Es mi opinión, y es que desde Enero llevan hablando a ver cómo lo hacen, pero nunca lo hacen. La persona al mando, Felipe Cascajo, parece que ha subido de nivel y ya entra y sale de las oficinas del Nuevo Colombino con ciertas facilidades, algo que recuerda en demasía a la operativa de Pablo Comas cuando cogió el mando. ¿Por qué dudo de ellos? Porque si miras las noticias, sale que Infotelwi tiene un déficit en sus cuentas, porque la información es tan rara y dispersa que me crea confusión y porque alargar tanto en el tiempo ésto me parece la típica estrategia a la que estamos sometidos. Y además, pensando fríamente, ¿tiene el potencial económico que se le presupone para llevar al Decano hacia delante? Son dudas. A veces me parece que la confianza en ellos es tan ciega como la sed en el desierto y el espejismo que acaba siendo arena. ¿Estamos esperando que la solución sea más de lo mismo?

Del Trust qué os voy a decir. Si habéis seguido mis artículos conocéis mi opinión. Hay nombres, apellidos, un trabajo diario, un sistema de autocontrol que por sus propios estatutos nadie va a venir a especular con nada. El Trust no tiene dinero, pero sí el potencial para poderlo conseguir. Cuantos más socios tenga, más potencial dispondrá. Somos ahora unos mil y están temblando muchos cimientos con una querella que el juez lleva adelante. Hay transparencia y se ve a leguas lo que es.

Parece que nos hacen elegir. Es la realidad. ¿Confiar en Infotelwi o en el Trust? La pregunta es errónea y debéis hacerla de otra forma: ¿Confiar en Pablo Comas o en los Aficionados del Recreativo? ¿No pudo Felipe Cascajo y el Ayuntamiento confiar en salvar el Recre junto al Trust? ¿Por qué prefieren hacer que el acuerdo sea privado entre Comas y ellos? Si el interés es el Decano y su mejor salud, ¿por qué el que quiere comprar no intenta arrebatarle a su actual dueño adjuntándose a una querella que el juez sigue adelante con cierta celeridad? ¿Por qué esa preferencia de negociar con el secuestrador en vez de con los clientes finales?

Son muchas dudas. Y eso es lo que me mata. Siempre me dijeron que el negocio perfecto es ése que puedes explicarle a un anciano y a un niño de siete años a la vez y en diez minutos. Entre las dos alternativas tengo algo claro: si pongo dinero en el Trust y la cosa sale bien, ganamos todos. Si la cosa sale mal, ya tengo la experiencia de que lo devuelven. Por lo tanto no pierdo. Hay pruebas, hay un histórico, está aprobado y no son tres o cuatro personas las que lo dicen, si no todos los que en la anterior campaña pusieron algo.

Lo otro es dejarme llevar. Y sí, nos vale mucho gritar en el campo, decir que soy muy del Recre en todos lados, apoyar a jugadores y saberme alineaciones al dedillo. Todo eso es de gran valor. Pero si no nos creemos que el Recre puede ser nuestro, sin riesgo en el intento, y preferimos dejarlo en mano de otras personas de las que sabemos menos de la mitad... entonces sólo somos clientes del Recreativo. Pero no somos el Recreativo.