martes, 9 de febrero de 2016

El Recre sólo puede sobrevivir llenando el campo

Las promociones para ver al Recreativo conciben un carácter más trascendental que simplemente llenar el campo y apoyar a los jugadores. Ahora, mas que nunca, cada asiento ocupado es una donación de sangre a nuestro Decano.

Que sí, que conocemos todos las películas que nos montamos cuando hay promociones. En otros años, en los de bonanza -o en la supuesta bonanza económica- esto era motivo de debate: hay que llenar el campo para que los jugadores estén más arropados versus yo he pagado mi carnet y ahora la gente entra más barata. Da para un chorreo de letras, ideas y discusiones sin fin.

Voy a ser muy claro con el asunto: El Recre está muerto porque su dueño, Pablo Comas, lo trata como a un perro al que ata en un palo en la playa y está esperando que suba la marea. Todo el mundo sabe que si no lo libera antes de que suba la marea, el perro morirá ahogado. Nos encontramos al perro, le intentamos quitar la cadena, pero tiene un candado y la llave sólo la dispone Pablo Comas, a mil kilómetros de distancia. Es la situación que todos conocemos.

Pero luego está la otra parte: quizás el perro se muera de hambre antes que ahogado. Ya está delgaducho, se le ven las costilla y no tiene fuerzas ni para ladrar. A día de hoy no podemos quitarle la cadena, pero que no quede en nuestra mano que el animal fallezca porque no le damos un trozo de comida.

Así está el Recre. Cada asiento es dinero. Si no hay dinero, quizás muy pronto no podamos pagarle al árbitro, y sin árbitro no se juega, y si no se juega, te eliminan de la competición. O quizás no podamos ir en autobús al próximo destino, porque no podemos pagar la gasolina, y si no vamos, no se juega, y te eliminan de la competición. Repito: cada asiento es dinero.

Vamos a jugar a favor de una cosa: Pablo Comas está en el quinto pino, por decirlo de forma fina, y son los empleados, esos que llevan sin cobrar siete meses, los que gestionan todo. Digo esto para el que piense que si va al Recre le da dinero a Comas. No, ahora es para sobrevivir.

No se está pidiendo una donación sin nada a cambio. Es tu presencia en el campo, tus ganas de ver fútbol, de echar el día con la familia una mañana de domingo. Supervivencia. Si eres desconfiado, esta vez no es dinero para el Trust, ni para la hucha del otro día -ambas opciones muy loables- si no para darle un empujón a que el escudo del Recre se siga paseando por todo el país.

Si suponemos que ahora somos unos tres mil socios que acudimos siempre, imaginad ese llamamiento social a toda Huelva a ir al campo por 5€ y que se llene el estadio. Vamos a suponer que vienen quince mil personas. Haced la multiplicación. Con tres llenos en el Nuevo Colombino lo mismo hasta podemos acabar la competición bien. Y se anima al equipo. Y será un orgullo en la ciudad. O esos diez mil de la manifestación del 22 de Octubre, que acudan. Que ahora no es sólo caminar, que ahora es ofrecerle un respiro al vetusto club, a una seña de identidad de la ciudad.

Hay que bajar el precio de las entradas, hay que hacer promociones en todos sitios, los medios de comunicación, el Ayuntamiento, las empresas colaboradoras, cada ciudadano. En mis últimos años como Recreativista he disfrutado de tres fiestas en la Fuente de la Avenida Andalucía: dos ascensos y una permanencia en Primera. También dos ascensos a Segunda, uno deportivo y otro administrativo. Sí, fue genial. Pero ahora hay que arrimar el hombro.

El domingo es el día de los enamorados. Hagamos un regalo de amor al Recreativo con nuestra presencia. O si no, dejemos que sólo unos locos vean morir al Decano. Sube la marea y el hambre apremia. Por aquellos buenos momentos... hazlo.

Si no, definitivamente, podremos decir que Huelva ha dejado morir al Recreativo.