martes, 1 de diciembre de 2015

¿Y si sólo es la punta del iceberg?

Aviso a todos: voy a teorizar. La falta de información, la reiteración de noticias en las que no pasa nada ni nadie da la cara, los desbarajustes deportivos que hacen que el balón esté en segundo o tercer plano y la valentía de lo que se habla en los pequeños foros laborales y callejeros me llevan a escribir esto. No voy a acusar a nadie, porque no puedo, pero sí voy a dar vía libre a mi imaginación. ¿Erraré? Con muchas probabilidades, como cuando la falta de información llevó al hombre a pensar que el fuego procedía del dios rayo, o que la tierra era plana. Pero quizás también acierte como la teoría de la evolución de las especies o los descubrimientos astrofísicos que al principio sólo eran ideas o sueños, hasta que se pudieron demostrar.

El inicio de mis ideas viene con unas preguntas: ¿Por qué Pablo Comas no deja el Recreativo? ¿Por qué Antonio Martín, Jesús Martín y José Luis Martín no abandonan sus cargos? Esta segunda, tras la noticia de que los consejeros del ayuntamiento han necesitado sólo un mes para quitarse de en medio adquiere aún más fuerza. La pregunta lógica es ¿qué interés pueden tener estas personas en no salir del club? Y tras derivar en mi imaginación -siempre en mi imaginación- es porque el Recre sólo es la punta del iceberg de algo más grande y terrorífico para la sociedad.

Parece que hablo de los inhóspitos asuntos de Iker Jiménez en su nave del misterio, y no se equivocan, lo hago así. Voy a rebobinar en el tiempo hasta la época de Dumois y Mendoza, ese descenso a Segunda división tras tres años en Primera y la apuesta fuerte por hombres como Colunga y Javi Fuego, que en la categoría de plata acabaron siendo un auténtico fracaso y fueron creando un agujero económico. "Endeudarse un poco" dijo entonces Mendoza, a fin de conseguir volver a estar entre las estrellas. Poco después en el tiempo llegó la noticia de que la deuda no era un poco, si no un mucho.

Ahí es cuando Pedro Rodriguez, alma máter del Recreativo dicho por él -con otras palabras- vendió o entregó o esperaremos a que diga el juez, el club a Víctor Hugo Mesa, aunque lo hacía realmente al actual jefe, Pablo Comas. No fue una venta muy normal para ser un club con accionariado público: se pusieron unas condiciones a las que sólo podían acceder los que finalmente se lo llevaron. Estuvieron en el club dentro para ver qué se cocía, y al aficionado de a pie no le importó pues parecía que el capital llegaba y eso era lo más importante. Todos contentos: Rodri, Comas, Víctor Hugo y nosotros. Y sólo una voz en discordia, uno de los hermanos Morón -no recuerdo su nombre- que hablaba claramente de que la gestión que proponía Comas no era la adecuada.

Nos dirigimos al siguiente punto, que es historia y está documentada, en la que de buenas a primeras hubo ciertos problemas entre Rodri y Víctor Hugo por los terrenos del tiro pichón -o más o menos cerca- y de buenas a primeras, quizás por coincidencias, el club entró en suspensión de pagos con todo lo que nos lleva a la actualidad.

Si intento empatizarme con Pablo Comas, no entiendo por qué no hizo lo mismo que Víctor Hugo Mesa: largarse. Nadie que viene a hacer dinero con un club quiere estar con esta situación de presión social y económica, y además mostrarse aguerrido en cada declaración y gesto, como la foto del otro día sonriendo en Murcia cuando aquí no aparece.

Con estas premisas, nace mi teoría. Una simple teoría. Quizás cualquier lector me la destruya en dos comentarios y le estaré agradecido. Pablo Comas no puede irse porque el castillo de naipes que forma junto a Pedro Rodriguez, Remesal, Dumois y otros tantos que no conocemos, caería en picado. Y no caerían al suelo y ya está, si no que está implicado un partido político español al que le suenan palabras como Malaya o Gürtel -y no hago política a favor de nadie-. Quién sabe si una investigación a fondo sobre el Recreativo caería en contra del Ayuntamiento, y de ahí desvelarse ciento y una traiciones que llevaran a un escándalo nacional. Pensadlo, porque por desgracia, en la actualidad en la que vivimos, muchos no lo veríais descabellado.

Y siguiendo con la teoría, quizás después del 20 de Diciembre, con cuatro años para limpiar logotipos de partidos políticos, Pablo Comas de el paso atrás como escudo protector de un agujero diabólico de corrupción. Lo mismo cambia todo tras las elecciones, si mi teoría es correcta. Al menos no utilizarían a la cabeza de turco, el Recreativo, para salvar a otros muchos.

Repito, que no esté de más: ¿Es culpable Pablo Comas, Rodri, los Martín, Dumois, Remesal de lo que digo? Absolutamente no, no tengo pruebas. Pero el horizonte oscuro al que nos enfrentamos al hablar del Recreativo y la imaginación lleva a esto. No acuso a nadie, no puedo, pero intento encontrar la lógica a lo que ocurre. Si hubiera un poco más de transparencia no llegaríamos a este punto. Y no me neguéis algo: vosotros también lo habéis pensado.