miércoles, 30 de agosto de 2017

LIII Trofeo Colombino

El Recreativo disputa hoy el Trofeo Colombino ante el Getafe, el primero con la competición ya comenzada, el primero que jugará de verde(*) y no de albiazul. A partido único y con los demás equipos de Primera ofreciendo a sus internacionales para partidos con las selecciones.

Es raro, ¿verdad? Sólo podía faltar que la Carabela fuera una lancha para que resultara más desconocido. A veces la Historia, esa que lleva una mayúscula (como debe llevar siempre la palabra Decano), se escribe y se recuerda con episodios tan extraños como el de hoy. Pero éste Trofeo Colombino cumple con la expectativa más importante, la que realmente haga que todo merezca la pena y que guarda un símil con ser aficionado del Recreativo y los valores que interiorizamos: será la cincuenta y tres edición consecutiva.

La palabra consecutiva adquiere un potencial especial para nosotros. Si nos hemos "matado" (por suerte no literalmente) por sacar esta nave a flote es por ser 'consecutivos'. Somos el Decano, el más antiguo, y esa antigüedad incesante, año a año, es la que nos da el valor especial, es eso que no podemos romper de ninguna manera. Porque la solución fácil hubiera sido ser del Huelva FC, o si no hubiera un año Trofeo Colombino, decir que "no pasa nada, que sólo es un amistoso veraniego venido a menos". Pero sabemos que no es así.

El Trofeo Colombino y el Recreativo es lo mismo, aunque durante un tiempo hubiera un divorcio en participaciones. Es Huelva y señal de identidad, de esa fortaleza tan espectacular del onubense (y algunos de fuera) que se merecen una película de Marvel. De esa que rompe el dicho de que Huelva no se quiere, de que somos apáticos. Que se lo digan a los ¿10.000? socios de este año.

Son pocas las veces que nos creemos especiales en el plano positivo. Demasiadas en el negativo. Es más fácil guerrear que alabar nuestras virtudes, algo que quizás deberíamos de hacer más a menudo. Pero no con un simple "¡Cuánto te quiero Recre!" si no con asuntos tangibles, que los hay, y son muchos. Esos 10.000, esa 'consecución de años seguidos', ese sobrevivir al veneno de la maldad y esa infinidad de gestos, grandes, pequeños, con nombre y anónimos que son la vida del Decano.

Y es que en el Recre pensamos 90 minutos deportivamente, pero 9.990 minutos durante el resto de la semana. Y lo hacemos con pasión, ilusión, ideas y una grandeza interna que sólo nos entrega este bendito club.

Sí, la institución y el Trofeo han sido muy parejas últimamente. Este club ha estado a la deriva tres años, sobreviviendo, sin poder fichar, sin poder pagar, haciendo del último minuto el minuto habitual. Es como el Trofeo, que ya no es cuadrangular, que va a destiempo. Pero tanto a uno como a otro, si ésto sólo fuera fútbol, el tiempo los hubiera enterrado ya. Por suerte el Recreativo tiene esa pólvora permanente en su afición y sólo un chispazo la aviva.

Por eso hoy vamos a disfrutar. Deportivamente este año, al menos en la teoría, sí que estamos cumpliendo. El rival, con todos mis respetos al Getafe, me da igual. Esto va del Recre, de sentir la continuidad, de acumular recuerdos y seguir escribiendo la Historia.

Y como siempre que rueda el balón, al menos en esos 90 minutos nos olvidamos de tantas otras cosas. Condensamos alegrías y decepciones en un tackling, un pase, una cantada, una gambeta o un gol. Somos un osciloscopio de emociones. Y en el Trofeo tenemos la oportunidad de vivir eso, de una forma bonita, haciendo historia y sin la tensión de los puntos.

Hoy hay Trofeo Colombino, la LIII edición. Hoy volvemos a frotarnos las manos porque tenemos la amnesia de noventa minutos y el prólogo de los siguientes días. Hoy el Recreativo nos sigue transformando.

Seguimos.

(*): Definitivamente el Decano jugó de albiazul, luciendo su nueva equipación, lo que fue una sorpresa.