miércoles, 16 de marzo de 2016

El día que nunca queríamos que llegara

Era la noche del martes 15 cuando un comunicado lanzado por los empleados del club indicaba que el próximo partido podía ser el último, que lo único que queda es dar un digno adiós al Decano con entradas a 1 €. Mi noche se truncó, mi esporádica sonrisa desapareció y las malditas predicciones se hicieron realidad.

El Real Club Recreativo de Huelva va a confirmar su muerte, porque muerto está ya, desde el 1 de Agosto, o desde antes incluso. El verdugo es un empresario orgulloso del que no podremos olvidar su nombre nunca. Alguien que ni come, ni deja comer. Alguien que tendrá que verse en tribunales por pura justicia más que por salvar al club. Lo es él y todos los cómplices directos, los que lo trajeron como el anterior alcalde Pedro Rodríguez y el empresario García-Palacios, o los que les rieron las gracias hasta el final como Jesús, Antonio y José Luis Martín. Lo son también sus amigos indirectos en esta tragicomedia, algunos esporádicos como Íñigo Moreno, otros testimoniales como Álvaro Roncal, o su mano derecha Fernando Iturbe. Y también el que supuestamente puso algo de dinero y olvidó sus negocios, el uruguayo Víctor Hugo Mesa. Todos ellos, y todos los que desde la pasividad han permitido que esto llegue a tal desenlace.

No creo en las coincidencias. Las cosas pasan por algo. La historia y el calendario son así de crueles. El Recreativo está en un coma profundo desde su 125 aniversario, y será el día del padre, el 19 de marzo, una fecha simbólica pues nuestro Recre es el padre de los demás equipos de España, y en vísperas de Semana Santa. Si humanizamos al club, sería un hombre maltratado, con hambre, arañazos, olvidado y con sangre por cada poro de su cuerpo. Pero ya no portaría la cruz, ya está clavado en ella y sólo queda alzarlo hasta que el esfuerzo no sea suficiente ni para llevar su nombre.

Este sábado será un día raro. Lo que ocurra en el campo importa poco, aunque será mejor si nuestros héroes consiguen romper la racha y dejarnos un buen recuerdo. Será extraño ver tanta gente en la grada y preguntarte por qué sólo ahora. Será raro mirar el césped y plagarlo de recuerdos de los  buenos tiempos, de jugadas mágicas, de sensaciones individuales. Serán los noventa minutos más duros que podamos vivir dentro del seno recreativista, y será tan personal que cada uno lo vivirá como quiera.

Habrá días para recordar glorias en este blog. Para hablar de esfuerzos. Pero para mí este llamamiento es una reflexión final. ¿Será realmente el último partido del Recre? Demostremos que no. Que Huelva y otras aficiones amigas están por encima de todo esto. Que hemos sido maltratados, vilipendiados, y que la justicia deportiva es una puta que se vende al mejor postor condenando a ciudades y sentimientos a la nada. La palabra Deporte le queda muy grande a este excremento actual que es el fútbol mediático y de sociedades anónimas deportivas.

Porque si al final muere el Recre, lo que morirá también es nuestra inocencia, nuestra ilusión. Y el mundo será un lugar más feo.

Que este llamamiento desesperado sirva de algo es la Fe que nos mantiene. Porque con cuestiones tangibles no nos queda absolutamente nada. Que ocurra el milagro. Que el Calvario acabe con una resurrección que nos lleve a la gloria. Sería la semana perfecta, aunque tengamos que pasar este sufrimiento tan crítico. Pero no hay ningún fundamento. Sólo deseo.

Siempre Recre.