miércoles, 30 de septiembre de 2015

Víctimas

Esta semana (27/9/2015 hasta hoy) ha sido muy difícil para mí elegir un tema semanal sobre el que opinar. Con nefastos resultados deportivos y una Junta de Accionistas, las dudas sobre una creciente actualidad frenaban mis intenciones. Al final me he decidido, y lo hago con previa a toda esa vorágine de noticias que deben -deberían- darse en las próximas horas o días.

El Recreativo está roto por todas partes. Hablamos de una directiva que ya no necesita más presentación y que hace tambalear todos los estamentos del club; hablamos de unas sensaciones deportivas pésimas en las que, tras las últimas noticias, en caso de ser ciertas, descubrimos que hay jugadores con más peso de lo recomendable en un equipo, capaces de decidir la continuidad o no de un entrenador, echando pulsos a unos superiores que no pueden replicar porque no les pagan. En medio de todo ésto, un entrenador que no alza la voz, que recibe abrazos del capitán del equipo y críticas de otros jugadores en redes sociales, pero que parece unánime su sentencia por la afición; hablamos de una oposición, el Ayuntamiento, que a día de hoy no hace fuerza suficiente en el club y que incluso puedo entender que está en una situación crítica con otros detalles más importantes; Hablamos de unos medios de comunicación a los que les falta dar ese empuje, centrados a veces en batallas internas, otras en llamar la atención, y difícilmente ofreciendo ser líderes de un movimiento; hablamos de un Trust con buenas intenciones que no acaba de cuajar del todo, que se encuentra mil obstáculos y que requiere muchísimo más apoyo del que tiene hoy día; y hablamos de una afición rota.

Una afición rota. Las auténticas víctimas de todo este circo. El mayor problema, para mí, que tiene la afición -generalizando- es que es muy difícil sentirse identificada con el club a día de hoy: institucionalmente casi todos están en contra, por imagen, parecemos otra cosa y no nos han preguntado, deportivamente es aburrido, como símbolo no sabemos realmente qué defendemos, si una fecha o un título. Son dudas lógicas.

Es posible que tú, que me lees, sientas al Recreativo de una forma especial. Por eso mismo me estás leyendo. Y es posible que tengas una reacción de una forma u otra, para mostrar tu disconformidad con lo que está sucediendo: quizás quieres pitar en el campo, mostrar pancartas, hacer una manifestación, pitar al equipo y al palco pero sólo al terminar el partido, hacerlo durante el tiempo de juego, para que llame la atención, o sencillamente, no quieres ir.

Todas las opciones son válidas. Tenemos el problema de pensar en el Yo cuando nos ofendemos, y de requerir una marea genérica del resto que suele estar en nuestra contra. Ya tenemos culpable. Eso también nos mata, decir: "es que en Huelva nadie se mueve", "eso no ocurre en otras ciudades", "yo lo hago, pero tú no".

Si algo tengo claro, y quiero que sepáis los que me leéis, es que no dispongo de la verdad absoluta y seguramente me equivocaré en mis juicios muchas veces. Y lo que pienso hoy, no tiene por qué ser igual que lo que piense mañana. Por eso mismo, ¿quién soy yo para juzgar la actitud de otro aficionado?

Los que vivimos más de cerca ésto, los que seguimos pensando en ir al estadio -y ojo que la cifra cada vez es menor y conozco a muchos socios con cantidad de carnets a sus espaldas que ya están cansados y prefieren tener otro plan- a veces distorsionamos la realidad de lo que es un club de fútbol. Seamos sinceros, el Recre no es lo mismo para todos. Si estuviéramos obligados a defender todo lo de Huelva por nacer en Huelva, es muy difícil -aunque los habrá- encontrar a alguien que sea socio del Recre, del Conquero, del Sporting, del Badmiton, del Tartessos, de la Hermandad de la Cinta, de una procesión -hay para elegir, nadie es hermano de todas-, que vaya a la Copa del Rey de Tenis, que visite los museos, que apoye a todos los cantantes de Huelva, que haga el camino del Rocío, que cante en el carnaval... Eso es imposible. Cada persona hace elecciones en base a sus gustos, y responden como tal en base a lo mismo.

Por eso es imposible que critiquemos a la afición como un todo. No todos somos iguales. No todos tenemos que insultar en el campo, silbar, o mostrar la frustración en las redes sociales. No todos tenemos que ser socios del Recreativo si el Recreativo no ofrece la motivación suficiente para atraer a gente. Es normal que la gente vaya a la Fuente, es normal que crezca el aforo cuando se gana. Yo veía la Fórmula 1 cuando Alonso hacía algo, ahora no. 

La afición del Recre es víctima de un club muy mal llevado. Es la entidad de Huelva que más atrae, por ser partícipe del Deporte Rey y por ser histórica. Pero está muy mal llevada en todos los aspectos, y eso es normal que merme al aficionado. Hemos pasado a ser simples consumistas de un producto que, si tenemos lógica y ponderamos, nos quita más que nos da.

No es un mensaje pesimista, es un mensaje realista. Y dentro del realismo siempre hay soluciones. Hay que motivar al aficionado a que vaya al campo, y que lo haga para disfrutar de su club. Eso va dentro de muchas cosas que ahora no se hacen: una entidad estable, un estilo de juego que empatice con el espectador -mas agresivo, mas intenso, no todo es tocar el balón en horizontal- unos jugadores que acaben desfondados en cada encuentro y sientan el orgullo de lo que hacen, y sobre todo, que pueda decirle un aficionado a otro: "ven, porque venir no es perder el tiempo".

Es necesario un cambio absoluto. Si no, estamos condenados a ver morir al viejo los mil fanáticos radicales -es lo que somos, me incluyo- que nos quedamos en la grada sin dudar. Quizás esos mil, sin echarnos mierda el uno al otro, seamos capaces. Si buscamos enemigos entre nosotros mismos, esto sólo necesita la esquela.

Para ello es mejor convencer que imponer. ¿Crees que manifestarte con pancartas es positivo? Di por qué, exponlo, veamos qué ocurre. ¿Crees que hacerlo por redes sociales es lo mejor? Veremos que pasa. ¿Dejar al club sin tu presencia? Si puedes convencerme... Pero no criminalices al que no piensa como tú.